martes, 28 de octubre de 2008

Simbología del Arbol

Desde la más remota antigüedad los árboles estuvieron relacionados con los Dioses y con Fuerzas Místicas de la naturaleza. Cada nación ha tenido su “Árbol Sagrado” con sus peculiares características y atributos basados en propiedades naturales y también, a veces, en propiedades ocultas.
Los textos védicos atestiguan la existencia de una tradición del árbol invertido, donde las raíces están en el “Mundo Celeste” y las ramas se expanden hacia el terrestre. El origen de la vida es el Mundo Celeste y ésta se va diferenciando a medida que se plasma en el terrestre. El simbolismo hindú del árbol invertido se expresa principalmente en el Bhagavad Gita, donde las raices son el principio de la manifestación y las ramas la manifestación que se expande.


El árbol invertido simboliza el Cosmos. Existe una tradición sabea, según la cual, Platón habría afirmado que el hombre es una planta invertida cuyas raíces se extienden hacia el cielo y las ramas hacia la tierra.
La tradición hebrea recoge la misma idea: “El árbol de la vida se extiende de arriba hacia abajo y el sol lo ilumina enteramente” (Zohar).
En el Islam las raíces del “Árbol de la Felicidad” se hunden en el último cielo y sus ramas se extienden por encima y por debajo de la tierra.
«El árbol chamánico» es una imagen encontrada en varias culturas (yakutos, dolganos, evenkis), celtas, como un símbolo de mediación. El árbol es visto como un ser cuyas raíces pertenecen al mundo inferior; su tronco pertence al medio, mundo habitado por humanos; y su copa se relaciona con el mundo superior.
En los Upanishad el Universo es un árbol invertido que hunde las raíces en el cielo y extiende sus ramas sobre toda la tierra. En ellos se puede leer: “Este Ashvatta eterno, cuyas raíces van hacia arriba y las ramas hacia abajo, es lo puro, es el Brahmán; el Brahmán , lo que llamamos la No-Muerte. Todos los mundos reposan en Él”.
Para la Alquimia, el árbol hueco simboliza el horno, en el cual los alquimistas, después de diversas operaciones, fabricaban su piedra que, proyectada sobre cualquier metal, lo transformaba en oro.

Para La Cábala, las hojas del “árbol de la muerte”, con las cuales Adán cubre su desnudez son,
según el Zohar, el símbolo del Saber Mágico.
En las tradiciones célticas, el simbolismo del árbol se concentra en tres temas esenciales:
Ciencia, Fuerza y Vida.
En tanto que símbolo de la Vida el árbol se asimila a la Madre, el Manantial, el Agua Primordial.


En Escandinavia, el fresno Iggdrasil desempeña un papel demiúrgico; Artemisa es la diosa del cedro y del nogal, Atis se identifica con un pino y Adonis sale de un árbol de mirra; Mitra posee árboles sagrados; el olivo es el árbol de Atenea. Todo perjuicio a estos árboles era susceptible de provocar una acusación de impiedad.
Y, finalmente, podemos ver ese símbolo de la Vida y de la Fertilidad actuar de forma mucho más concreta en el mundo material; porque el árbol nos protege con su sombra, purifica nuestro aire, nos alimenta con sus frutos, nos calienta con su madera e incluso nos puede mejorar la salud a través de sus propiedades terapéuticas, que han dado lugar a toda una ciencia curativa conocida desde antiguo.
En todas las culturas antiguas de todos los continentes se ha valorado y visto la Esencia Sagrada del Arbol, menos en la actualidad donde todo es profano y prosaico, hemos perdido el sentido profundo, el sentido de la vida y el precio que pagaremos será alto, pues hemos vendido el Alma, por ende perdido el Anima Mundi, quedaremos a merced de nuestra plástica, asfáltica y "cemento-ríca/cementerio" vidita, vacia hueca, como arboles muertos, si mas sentido que el de consumir-nos, o quedar a la deriva como los envases de plástico que pueblan el planeta, pues sin Alma, perdimos nuestro mayor tesoro, la humanidad.





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